Prométeme que las cuidarás cuando yo ya no esté, que les enseñarás una brillante sonrisa cuando todo esté oscuro, que les gritarás cuando estén ahciendo alguna locura.
Prométeme que aliviaras su dolor y que calmaras sus ojos cuando lloren,
que te esconderás en sus portales para saber que han llegado bien a casa y que las seguirás hasta donde haga falta para asegurarte que no les falta de nada.
Prométeme que no dejarás que se olviden de mi, y que en su memoria quede el recuerdo alegre de alguien que las quiere y que nunca se irá a dormir sin saber que mañana, seguirán ahí.