miércoles, 5 de septiembre de 2012

Ser valiente no es solo cuestión de suerte

  Quisiera ser veloz, cambiar de disfraz según la situación, poner contadas veces los pies en el suelo, porque los momentos son efímeros y yo quiero atraparlos todos, quiero incidir en tu vida y regalarte una margarita o quizás más tarde quiera correr, puede ser que no quiera que nadie me entienda. Y si quiero contar un cuento me pondré siempre como la bruja, obvio yo siempre he sido una teatrera y la madrastra siempre fue una incomprendida.
  A ver si es verdad, a ver si es de verdad que esta vez será la realidad y no lo que vayan contando, voy a respirar profundo y cerrar las ventanas de mi intimidad, voy a cuidarte el corazón, hacerte fuerte a mi lado. Sentirás que te miento si me río, pero el viaje no se acaba en decir hola cada sábado, los fantasmas ya no son importantes, las caricias, tus caricias son reales, y quien soy yo? pues la que se duerme en tus brazos.
  Y al caminar, grito aunque se asuste el aire, y esta noche, camino hasta tropezarme. Intento ser tu caminante, la que te llene las tardes de sonrisas y besos, a oscuras. Quiero ser valiente, sin que me adjudiquen agallas en una tómbola, quiero inhalar los segundos que nos queden de desfase, y transformar las minúsculas en mayúsculas a lo que felices se refieren. Quiero creerme fuerte, y soñar que por una vez seré la princesa en tu mente, en la mía no cabe, porque ser valientes ya no es una opción, es nuestra autoestima creciendo en común.




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